jeudi 29 juillet 2010

Espacios comunes

Yo casi siempre dije que no me gustaba viajar de a dos, de a tres o de a cuatro y menos de a 23. Asuntos mios.

Y bueno el tiempo fue avanzando, cambiando, aprendí un montón, sobre mi, sobre los de mas, los procesos de inadaptación, y un montón de huevadas de "crecimiento personal".

Total acá estoy. Viajando con otra loca. Y algo me hace sentir mal. Quizás porque ya extraño mi querida Buenos Aires , o porque me estoy dando cuenta que no me gusta el campo, la conexión con la tierra, la pachamama. ¿Sera eso?

A mi me encanta la ciudad, el quilombo porteño, gritar en la bici cuando me casi atropellan los bondis de mierda en la Avenida Saenz. Si. Me encanta ir a fiestas de música electrónica minimal en San Telmo. Pasar lindos ratos en las calles del Abasto tomando cervezas, riéndome con esos borrachos chilenos con quienes siempre ando. Y el vendedor de especies con el diente de oro que siempre me quiere dar un beso. El Ejercito de Salvación, el Emaus. Y salir en tren a provincia, a ver hip hop anarquista. Si me encanta la locura que me rodea en esta hermosa metrópolis.

Pero quizás no es verdad que no me guste el campo, que no me guste la pachamama. Quizás lo que pasa es que me gusta la gente loca, la gente que se besa, que se toca, que se ama, en carpas y en casa abandonadas. Si. ¿Sera que me gusta mas andar con las travas, las artistas de folclore que cantan y bailan zambas y chacarera, que toman maté con agua ardiente y miles de porrones? ¿Sera eso simplemente? Que me gustan esas parejas complicadas por tratar de vivir sus amores de otra manera. Que tienen niños por que quieren, que tejen Luis Mittones y que se repantigan días enteros bajo el calor del sol Tucumano. Que andan a dedo y que quieren coger a caballo.

Si. Eso tiene que ser. No es que me gusté o no tal lugar o tal otro. Es que me gustan los locos donde quiera que estén. En las sierras secas de Amaicha o en los barrios populares de Buenos Aires. O bajo los rosales de Rosemont.

Eso es.

1 commentaire:

  1. "Sur les collines arides d'Amaicha ou dans les quartiers populaires de Buenos Aires. Ou sous les roses de Rosemont."

    C'est très joli tout ça!

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